Buenos días,
Después de varias semanas sin publicar (otra vez…) esta
semana quiero enseñaros lo último que he preparado. Se trata de brioches, esos
panecillos típicos franceses que a mí me recuerdan las meriendas de los
cumpleaños infantiles (por lo menos a los que yo asistí de pequeña).
Utilicé la receta del roscón de Reyes para preparar la masa
del brioche, y los hice de tres tipos: redondos y sin relleno, rellenos de
cabello de ángel y rellenos de compota de manzana. No los hice demasiado
grandes porque la masa del brioche me parece que es un poco espesa, y pensé que
de ese modo serían mejores para comer.
Los redondos no tienen ningún secreto, se trata de coger
pequeñas porciones de masa y darles forma redonda antes de poner en la bandeja
para que fermenten. Para los rellenos simplemente se trata de aplastar la bola
de masa con el rodillo para darle forma alargada y colocar una cucharadita de
relleno en un extremo, enrollamos la masa sobre el relleno hasta la mitad; con
un cuchillo afilado hacemos cuatro cortes y ponemos las tiras de masa obtenidas
encima de la masa con el relleno.
Una vez todos los brioches preparados hay de dejarlos
fermentar una segunda vez hasta que han doblado su volumen, y después ya
podemos pintarlos con huevo batido y hornearlos durante unos 10 minutos, más o
menos a 180ºC hasta que estén dorados. En este caso, a los que iban rellenos de
compota de manzana les puse un poco de azúcar húmedo por encima, para
diferenciarlos de los de cabello de ángel una vez cocidos.
Sólo queda dejarlos enfriar antes de comerlos, cosa bastante
difícil ya que desprendían un olor buenísimo que daba ganas de probarlos aún
con el riesgo de quemarme la lengua en el intento.
Pudimos aguantar la tentación y los guardamos hasta la
mañana siguiente para el desayuno, y debo decir que fue un desayuno buenísimo.
Los redondos los comimos con un poco de mantequilla en su interior o sin nada
mojados en un buen café con leche.
Si lo que queréis es que os aguanten varios días os
recomiendo más los rellenos que los que no llevan relleno. Supongo que debido a
la humedad de la compota de manzana y del cabello de ángel, estos aguantaron
tiernos más días que los que no llevaban relleno. Estos últimos se pueden comer
previo paso unos segundos en el microondas para calentarlos un poco, pero los
rellenos no necesitaban absolutamente nada y seguían muy tiernos.
Espero que os haya gustado.
Un abrazo.
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