¡Esta semana os traigo receta! La semana pasada no sabía muy
bien que preparar y me puse a mirar libro “Recetas básicas de chocolate”, del
que ya había hecho alguna anteriormente, y de todas las que tiene me decidí por
unas galletas con chocolate y avellanas.
Son fáciles de hacer y no lleva mucho tiempo prepararlas.
Para hacerlas necesitáis: 200g de azúcar moreno, 100g de mantequilla en pomada,
170g de chocolate con leche (o pepitas), 220g de harina, 1 huevo, 100g de
avellanas crudas, 1 cucharadita de extracto de vainilla (el mío es casero), ½
cucharadita de levadura química (tipo Royal) y ½ cucharadita de sal.
Tamizamos juntas la harina y la levadura. Cortamos el
chocolate en trozos pequeños. Trabajamos la mantequilla en pomada hasta que
quede cremosa. Añadimos el azúcar y la sal a la mantequilla y batimos hasta que
la mezcla blanquee.
Añadimos el huevo un poco batido y la levadura, seguimos
mezclando. Incorporamos progresivamente la mezcla de harina y levadura.
Yo la incorporé en tres veces. Probablemente tendréis que
acabar amasando a mano, que es lo que me pasó a mí para que quede todo bien
integrado. Añadimos los trozos de chocolate y las avellanas y volvemos a amasar
bien. Dejar reposar unos 15 minutos en la nevera.
Preparamos una bandeja de horno con papel sulfurizado,
cogemos pequeñas porciones de masa y formamos bolitas. Las aplastamos un poco y
las ponemos en la bandeja dejando algo de separación entre ellas ya que crecen
un poco en el horno.
Precalentamos el horno a 170ºC con ventilador, horneamos las
galletas durante 10 minutos. Como repito siempre, cada horno es diferente así que hay que
vigilar un poco. Una vez cocidas sacarlas y dejarlas enfriar en la bandeja
antes de despegarlas. Veréis que quedan blanditas pero endurecen un poco cuando
se enfrían.
La masa de estas galletas puede congelarse. Hay que
enrollarla con film transparente enrollando las puntas para darle forma
alargada. Para usarlas hay que cortar trocitos y aplastar un poco los bordes
para darles forma menos regular.
Una vez frías las podemos sacar de la bandeja y guardarlas
en algún recipiente hermético. Las galletas no quedan duras del todo, quedan
crujientes por fuera y blanditas por dentro.
Realmente son un gran descubrimiento, son unas galletas
deliciosas: el chocolate y las avellanas combinan muy bien y el sabor a
caramelo que les deja el azúcar moreno es buenísimo.
Os animo a que probéis la receta y me digáis que os han
parecido, son un acompañamiento genial para un café después de comer o a media
tarde.
Muchos besos y feliz semana a todos.
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